No controlé las emociones cuando niño.
En el verano del 86.
No supe, no controlé.
Cuando le vi los pechos desnudos a la Mari de al lado.
Me puse a llorar en el acto. Impactante. Todas las viejas vecinas se murieron de la risa. Una pena terrible ante lo desconocido. Todo se imprime.
Con el tiempo he ido aprendiendo. A controlar las emociones.
En los momentos de días oscuros. Me recuerdo, respiro hondo y sigo.